Infancia Sicaria

Sicario: “Persona que se dedica a cometer asesinatos a cambio de dinero”.

El pasado 5 de enero, en un operativo de las fuerzas especiales de la Secretaría de Marina y la DEA, se capturó (supuestamente) a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán, en el poblado de Jesús María, municipio de Culiacán. En respuesta, el grupo criminal inició balaceras, robo e incendio de carros y camiones para bloquear calles y carreteras en Culiacán, Mazatlán, Los Mochis, Guasave y otras ciudades del Estado, incluyendo disparos de grueso calibre a aeronaves en el aeropuerto de Culiacán, todo para tratar de rescatarlo o evitar su traslado. El saldo, de acuerdo a cifras «oficiales»: 29 personas fallecidas (10 militares y 19 civiles), medio centenar de heridos y un número indeterminado de «desaparecidos».

Como ya es costumbre, ese día vimos escenas impactantes de violencia, pero una de las más preocupantes fue el video que muestra a dos niños dentro de una camioneta sosteniendo armas largas y un radio. ¿Qué está podrido en nuestro país que, en lugar de estar en sus casas ayudando en las labores cotidianas o jugando futbol, estos chicos estaban como soldados esperando instrucciones para probablemente apoyar en el rescate de Ovidio y atacar a las fuerzas armadas?

No sabemos si estos infantes son familiares de gente del cártel, si se alistaron por voluntad propia atraídos por la forma de vida de los líderes, si fueron reclutados a la fuerza o porque solo así obtienen dinero para poder subsistir. Lo que es un hecho es que en las zonas más marginadas del país la violencia se ha normalizado y se han convertido en un semillero para atraer y/o reclutar a miles de niños y jóvenes.

Datos alarmantes del incremento en la violencia infantil

En 1990, la ONU dio a conocer las Directrices para la Prevención de la Delincuencia Juvenil las cuales establecen que, para prevenir el delito en la sociedad, es imperante que se prevenga la delincuencia infantil y juvenil con programas que se en centren en el bienestar de este segmento de la población desde sus primeros años de vida en los ámbitos familiares, educativos y en sus comunidades.

En 2016, el Banco Mundial dio a conocer que en América Latina y el Caribe la violencia se convirtió en una epidemia y los jóvenes son el grupo de la población con más riesgo de ser víctimas y victimarios. El índice de homicidios de entre 15 y 24 años es de más de 90 por cada 100 mil habitantes, y los jóvenes de entre 25 a 29 años son los autores de los delitos y la violencia en toda la región.

En México, a partir de 2012, los jóvenes de entre 18 y 29 años se convirtieron en el segmento de la población que más infringe la ley (INEGI 2017) debido a que, en los territorios donde la delincuencia se enquistó desde hace ya varios años, los programas se limitan a intentar reducir los índices criminales; en tanto que en zonas vulnerables donde el nivel delictivo es bajo hay pocos planes para prevenir las causas de la violencia.

Los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña pusieron en marcha varios programas para prevenir y alejar a los jóvenes de las actividades criminales como fueron Escuela Segura, Construye-T, Rescate de Espacios Públicos y Centros Nueva Vida los cuales, sin embargo, no han tenido los resultados esperados porque se les dejó de dar seguimiento. En la actualidad, casi la mitad de la población de los centros penitenciarios tiene menos de 30 años.

El gobierno de AMLO puso en marcha los programas Becas Benito Juárez y Jóvenes Construyendo el Futuro para prevenir la delincuencia juvenil en las zonas con índices criminales altos. Sin embargo, no atienden las causas que propician la violencia y el crimen, ni tampoco ofrecen medidas de disuasión y protección como son denunciar y prevenir la violencia intrafamiliar, educación sin manipulación, terapias psicológicas, actividades recreativas y deportivas. Tampoco dan seguimiento a los beneficiarios y no hay indicadores que muestren que los apoyos económicos que reciben son suficientes para que decidan no incorporarse a cárteles criminales.

Ejércitos de niños sicarios.

La “guerra contra el narcotráfico”, que inició en 2006 fue el detonador para que se incrementara la violencia en varios estados del país; esto ocasionó que los cárteles reclutaran adolescentes y jóvenes para repeler a las fuerzas armadas y, de paso, que participaran en otras actividades criminales. Los cárteles atraen a miles de jóvenes que viven en zonas muy pobres con la promesa tendrán dinero, artículos de lujo y poder; a muchos otros se “alista” de manera forzosa porque provienen del delito de trata de personas, son víctimas de secuestros masivos, se amenazó a sus familias para que trabajen para ellos, o porque es la única manera de tener un trabajo remunerado.

Los menores les son útiles porque pueden pasar desapercibidos y, cuando son atrapados, las penas no son tan severas como las de los adultos. Una vez que ya forman parte de cualquier grupo delictivo, su promedio de esperanza de vida es de solo 3 años.

La ONG «Reinserta», publicó en 2021 que los cárteles reclutan niños desde los 10 años, y que las causas principales que “favorecen” el alistamiento de menores de edad son: falta de apego emocional o afectivo a causa de la violencia del entorno, desintegración familiar, abandono, negligencia, pobreza, desigualdad, ausencia de la figura paterna y la impunidad que prevalece ante la delincuencia.

Los niños trabajan como informantes, vigilantes (halcones), mensajeros, siembran y cosechan enervantes y, a veces, ayudan a procesarlos en laboratorios y empaquetan el producto final, la droga. A los adolescentes se les da la tarea de reclutar a otros jóvenes, se les asigna que cuiden y defiendan cercos/perímetros de seguridad y, por lo tanto, se usan como “carne de cañón” porque son los primeros en morir cuando hay enfrentamientos con las fuerzas de seguridad o con grupos enemigos; también son parte de los sicarios que eliminan enemigos, participan en secuestros de personas y vigilan “casas de seguridad”. Hay infantes que ya a los 12 años ya cometieron varios asesinatos. En la frontera con Estados Unidos, se reclutan jóvenes para que lleven a los migrantes a través del desierto sin importar si son atrapados o mueren en la travesía; asimismo, como pueden pasar desapercibidos por su edad, algunos intervienen en el tráfico de armas fronterizo. Desgraciadamente, a todos estos niños y jóvenes se les considera objetos “desechables” porque en las zonas más pobres del país siempre habrá otros disponibles que los reemplacen.

Incremento en el reclutamiento de niños sicarios

Para el gobierno actual, todo lo que sucede en México es culpa y responsabilidad de los gobiernos anteriores. Y sí, varias decisiones del pasado ocasionaron que la violencia del crimen organizado llegara a niveles que hace 15 años eran inimaginables. Pero a partir de diciembre de 2018, la estrategia de seguridad “abrazos, no balazos” sólo ha empeorado la inseguridad y ha hecho evidente que los cárteles participan e influyen en todos los ámbitos del país; el alistamiento de niños no es la excepción. Se calcula que actualmente hay alrededor de 250 mil niñas, niños y adolescentes que están en gran riesgo de que los grupos delictivos los incorporen o recluten debido, en parte, a que la pandemia de covid-19 ocasionó la deserción escolar de 512 mil estudiantes, pero también al incremento de la pobreza extrema.

Las ONGs “Red por los Derechos de la Infancia en México” y “Cauce Ciudadano”, que trabajan con jóvenes que han estado encarcelados, estiman que, de 2019 a fines de 2021, el reclutamiento voluntario o forzado de jóvenes de todas las edades se ha incrementado, oscila entre 75 mil y 460 mil; perciben un sueldo de hasta 35 mil pesos mensuales.

Casos impactantes

En 2014, el arresto de Edgar Jiménez “El Ponchis”, hizo patente hasta donde había penetrado la actividad criminal en la sociedad. Fue el primer “niño sicario” del que se tiene información. Cometió su primer asalto a los 11 años y, poco después, lo reclutó el cártel de Sinaloa; cuando se le detuvo tenía 14 años, portaba armas de grueso calibre, distribuía droga y reconoció haber asesinado a 5 personas, cuatro de ellos degollados y al menos uno grabado en video. Fue liberado por no tener la edad suficiente para ser procesado y actualmente vive en Estados Unidos. A sus 23 años, se dice que sigue con terapias de rehabilitación psicológica.

En 2016 fue detenida Juana “La Peque”, quien había iniciado su actividad delictiva a los 15 años. Ella comentó que, a pesar del miedo que en un inicio le causaba estar en un ambiente de violencia, se vio obligada a presenciar y cometer actos aberrantes a los que terminó aficionándose. Por eso, a los 20 años ya era conocida y temida por su sadismo como parte del grupo de los Zetas. Ella misma aseguró haber asesinado al menos a 5 personas a las que decapitaba para luego bañarse en la sangre de sus víctimas, incluso confesó haber llegado al extremos de realizar actos de necrofilia con los cuerpos ya mutilados.

Desgraciadamente, los actos terribles de estos niños y el ambiente de violencia en que se acostumbran a vivir desde pequeños no les permite enmendar su vida tras ser capturados; muchos siguen siendo parte o los cárteles que los tienen cautivos, pero muchos terminan muriendo en enfrentamientos con el ejército o han sido asesinados por grupos rivales.

El ambiente de violencia e impunidad ya son parte de la vida cotidiana de los territorios que controlan los cárteles del crimen organizado, y se han arraigado a tal grado que muchos de los niños que viven en esas zonas, en lugar de jugar con pelotas, coches o muñecas, “juegan al retén”, “al secuestro”; y en lugar de aspirar a ser ingenieros, médicos, maestros, bomberos, etc., desean ser narcos o sicarios, esto se debe al ejemplo de los adultos que les rodean, a quienes imitan y admiran a pesar de sus actividades criminales, pues en la mente infantil de los niños, son como “sus héroes”.

Las autoridades federales, estatales y municipales deben tomar en serio el drama en que se encuentra la niñez y juventud, sobre todo porque ellos serán los adultos de los próximos años. Los programas populistas no resuelven las causas que propician el reclutamiento infantil y juvenil, ya que la pobreza y el desempleo son los primeros detonadores de la violencia.

Asimismo, se debe poner en marcha una verdadera estrategia de seguridad que combata al crimen organizado, pero también investigar, juzgar y encarcelar a todos los funcionarios en todos los niveles de gobierno que son cómplices de los cárteles, porque ellos también son responsables del reclutamiento de “niños desechables”: los niños sicarios TAMBIÉN SON NUESTROS NIÑOS (Saskia Niño de Rivera)

21 de Enero de 2022 | Por Seele Verre para Acción Civil Mexicana con la colaboración de Octavio Castro.


Fuentes:

“Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad), Naciones Unidas/Derechos Humanos, 14 de diciembre, 1990
“Violencia urbana; un problema con proporciones de epidemia”, Banco Mundial, 6 de septiembre, 2016
“Jóvenes, los principales ejecutores del delito en México”, Arena Pública, 30 de octubre, 2017
“México y su ejército de niños sicarios” por Andrea Sosa Cabrios para Chicago Tribune, 9 de diciembre, 2020
“Jóvenes perdiendo su futuro” por Alan López para Nexos, 17 de febrero, 2020
“Niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada…”, Infobae, 11 de octubre, 2021
“Historias de niños que dan escalofríos” por Héctor de Mauleón para El Universal, 6 de octubre, 2020
“Niños desechables”: infantes son reclutados por bandas criminales”, Infobae, 5 de diciembre, 2020
“Los niños del narco en México,,,” por Marcos González Díaz para BBC News Mundo, 31 de enero, 2022
“Los cárteles mexicanos reclutan niños desde los 10 años” por Mark Stevenson para AP News, 14 de octubre, 2021
“Alas rotas: los niños sicarios de este gobierno” por Polibio de Arcadia para Red en Defensa de la Democracia (RED), 23 de diciembre, 2021
“¿Por qué el narco recluta a miles de menores en México?” por Alberto Nájar para BBC Mundo News, 17 de diciembre, 2013
laverdadnoticias.com/mundo/Nino-SICARIO-Fue-VENDIDO-por-su-madre-y-ahora-es-integrante-de-Los-Zetas-20200923-0150.html
laverdadnoticias.com/crimen/El-Ponchis-el-nino-sicario-que-fue-detenido-en-Topilejo-20220714-0088.html“Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad), Naciones Unidas/Derechos Humanos, 14 de diciembre, 1990
“Violencia urbana; un problema con proporciones de epidemia”, Banco Mundial, 6 de septiembre, 2016
“Jóvenes, los principales ejecutores del delito en México”, Arena Pública, 30 de octubre, 2017
“México y su ejército de niños sicarios” por Andrea Sosa Cabrios para Chicago Tribune, 9 de diciembre, 2020
“Jóvenes perdiendo su futuro” por Alan López para Nexos, 17 de febrero, 2020
“Niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada…”, Infobae, 11 de octubre, 2021
“Historias de niños que dan escalofríos” por Héctor de Mauleón para El Universal, 6 de octubre, 2020
“Niños desechables”: infantes son reclutados por bandas criminales”, Infobae, 5 de diciembre, 2020
“Los niños del narco en México,,,” por Marcos González Díaz para BBC News Mundo, 31 de enero, 2022
“Los cárteles mexicanos reclutan niños desde los 10 años” por Mark Stevenson para AP News, 14 de octubre, 2021
“Alas rotas: los niños sicarios de este gobierno” por Polibio de Arcadia para Red en Defensa de la Democracia (RED), 23 de diciembre, 2021
“¿Por qué el narco recluta a miles de menores en México?” por Alberto Nájar para BBC Mundo News, 17 de diciembre, 2013
laverdadnoticias.com/mundo/Nino-SICARIO-Fue-VENDIDO-por-su-madre-y-ahora-es-integrante-de-Los-Zetas-20200923-0150.html
laverdadnoticias.com/crimen/El-Ponchis-el-nino-sicario-que-fue-detenido-en-Topilejo-20220714-0088.html
vanguardia.com.mx/noticias/nacional/el-ejercito-de-ninos-sicarios-de-el-mencho-cartel-jalisco-nueva-generacion-recluta-a-menores-para-hacerlos-asesinos-JUVG3482874

infobae.com/america/mexico/2022/07/13/el-ponchis-el-nino-sicario-del-cartel-de-sinaloa-que-degollo-a-cuatro-personas-en-topilejo/

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