AMLO: Antología y perfil

¿Un “loco” en Palacio Nacional?

Para tragedia de todo México, en 2018 se cumplió el refrán de: “la tercera es la vencida”. El habitante de Palacio Nacional obtuvo 30´113,483 votos, que equivalió al 53.19% del total de los sufragios que se emitieron ese año.

Somos millones de mexicanos quienes supimos que el morador del Palacio Virreinal del Zócalo era, y ES un peligro para el país, y tratamos de hacer que quienes creyeron que el individuo era la opción viable para ganar la Presidencia, recapacitaran y recordaran que desde que apareció en el escenario nacional, el individuo se mostró como lo que es: un porro mitotero e incendiario que manipula a quienes están en su entorno para hacer y lo que él quiera.

El tabasqueño ingresó a las filas del PRI en Tabasco en 1976, y militó en ese partido hasta 1988, año en que se unió al Frente Democrático Nacional, después PRD. De 1990 a 1994 fue dirigente estatal perredista de su estado y de 1996 a 1999 encabezó al partido a nivel nacional.

En 1996 se hizo totalmente visible a lo largo y ancho del país debido a que movilizó organizaciones chontales en Tabasco para tomar 50 pozos petroleros para protestar por el daño ecológico de Pemex en la zona. Dirigió infinidad marchas y mítines que infinidad de veces paralizaron la actividad de buena parte de la Ciudad de México.

En el 2000 ganó la jefatura de la Ciudad de México y su gestión fue más que opaca. En 2006 contendió para la presidencia, pero al no aceptar la derrota, se apropió la Avenida Reforma de la Ciudad de México durante varios meses sin importar el daño económico y turístico en la zona. En 2012 volvió a postularse para la presidencia, pero perdió estrepitosamente. En 2018, finalmente consiguió llegar a la cúspide del gobierno gracias a una modificación radical de su discurso incendiario a conciliador y “amoroso”, a las promesas de cambio y sobre todo, al hartazgo de la población por la corrupción del PRI, que había regresado al poder.

Apenas inició el gobierno morenista, el entonces nuevo presidente recuperó su discurso y brotó su verdadero perfil psicológico. Juan Bosco Abascal, presidente de la Escuela Mexicana de Psicología Realista, establece que sus principales rasgos son los siguientes:

  1. Es mentiroso (mitómano) y manipulador consciente y, lo hizo tan bien, que incluso logró engañar a analistas políticos y periodistas como Víctor Trujillo, Denise Dresser y Carmen Aristegui, que siempre han sido críticos en una gran variedad de temas y con quien sea que esté en la presidencia; también engatusó a los políticos Carlos Urzúa, Germán Martínez y Lilly Téllez.
  2. Es narcisista, egocéntrico y mesiánico, debido a que tiene un sentido desmesurado de su propia importancia y tiene una necesidad excesiva de atención y admiración, pero como exige que todo gire alrededor de su persona, es muy vulnerable ante cualquier crítica o señalamiento que no le parezca, lo que es igual a decir que “tiene la piel muy delgada”, lo que lo hace reaccionar violentamente para defenderse, aunque esté equivocado. Asimismo, no tiene ninguna empatía por los demás e, incluso, llega a sentir un enorme desprecio hacia quienes se atreven a corregirlo o criticarlo.
  3. Es perverso moral deliberado, porque sus declaraciones, actos y mandatos han tenido consecuencias desastrosas para todo el país. Un primer ejemplo es la cancelación del NAICM, lo cual resultó en que comenzara a perderse la confianza para seguir invirtiendo en México. Hay un sinnúmero de situaciones que también exhiben ese comportamiento: desviar el presupuesto de los sectores Salud y Educación, sin importar las consecuencias, para obras faraónicas (inservibles y destructivas), negar el apoyo económico y/o fiscal a PyMES desde el inicio de la pandemia de covid sin importar que quebraran, y un largo etcétera.
  4. Es ignorante invencible y culpable, porque es ignorante por elección ya que, en lugar de aprender y prepararse, se dedicó a la “grilla” política; sólo así se explica que tardara 14 años en terminar una licenciatura. Además, desprecia, demerita y se burla de quienes han estudiado, son especialistas, catedráticos, etc., que demuestran con hechos que son gente inteligente, trabajadora y tienen propuestas reales para enfrentar y resolver problemas, lo que pone en evidencia su ignorancia. Algunas aseveraciones que confirman su desconocimiento e ignorancia están: para perforar pozos petroleros, construir casas o hacer carreteras no se necesita gran ciencia; que para protegerse del covid-19 solo es necesario traer “detentes” y amuletos y que no se debe mentir, robar y ni traicionar y, otro, largo etcétera. (El ignorante invencible inocente es el que no sabe, pero no por su culpa sino por problemas económicos, psicológicos, etc.)
  5. Es sociópata inmovilizable,debido a que hemos visto en infinidad de ocasiones que simula sentimientos hacia los demás, pero sus discursos y hechos disfruta con el dolor de la gente, es incapaz de arrepentirse y, lo peor es que, sin importar las consecuencias, impone su definición de lo que está bien y de lo que está mal. El primer ejemplo de esta característica es que, en su percepción, los delincuentes deben protegerse porque “… pueden ser familiares, hermanos, primos que se fueron por el camino equivocado, de las conductas antisociales. Pero, aunque no sean familiares, todos los seres humanos merecen respeto. Nosotros tenemos que cuidar a todos los seres humanos”. Además, no olvidamos cuando dijo: “Se llegó a decir de que ´El Chapo´… no me gusta decirle así; Guzmán Loera. Ofrezco disculpa”. Sin embargo, el sujeto NUNCA se ha disculpado con las víctimas de la violencia durante éste, su gobierno.
  6. Su personalidad es existencia paranoide. La premisa de esta gente es que sólo ellos están bien y que los que no concuerden con sus ideas y/o acciones están mal. Entre sus síntomas están su alto grado de desconfianza, hostilidad con el entorno (los adversarios), creer que hay conspiraciones contra él (los boicots), frialdad emocional (ante masacres, fallecimientos de niños por falta de oncológicos y de miles de personas por haber reducido presupuesto en salud, adoctrinamiento para propiciar más pobreza, desempleo por cierre de empresas, ecocidios, etc.), victimizarse para evadir obligaciones y responsabilidades, etc. Es por ello que a la gente cercana le exigen lealtad incondicional. Las declaraciones del atrincherado en Palacio Nacional han llegado a tal extremo, que el 15 de febrero de este año advirtió que: “quienes hacen campaña contra el proyecto de transformación, podrían ser acusados hasta de traición a la patria”. Otro ejemplo este rasgo de personalidad es la “estrategia” de seguridad la cual, para él, está dando resultados a pesar de que la violencia y la criminalidad en todos sus rubros han superado cualquier otro gobierno de la historia posrevolucionaria del país.

En septiembre de 2020, los diputados federales del Partido Acción Nacional (PAN) presentaron una iniciativa en la Cámara de Diputados para reformar la Constitución con el fin de que, para ser Presidente de la República, se incluya acreditar la salud mental para “evidenciar que no exista alguna enfermedad mental del presidente…, que afecte la aptitud para gobernar”.

A los pocos meses del inicio de este gobierno, muchos los ciudadanos comenzamos a exigir que se diera a conocer el estado mental del actual presidente debido a que, haciendo a un lado la cancelación del NAICM, en lugar de iniciar su mandato apoyándose en lo que YA teníamos e “ir hacia arriba”, se inició la cancelación de programas útiles que SÍ servían y que sólo debían corregirse y/o mejorarse: Seguro Popular, Programa de Estancias Infantiles, Progresa (en zonas rurales) etc.; se desmanteló el sistema de distribución de medicamentos, recientemente se canceló el Programa de Escuelas de Tiempo Completo, y se han tomado infinidad de decisiones que van contra toda lógica y razón. Asimismo, una frase más que absurda, “Abrazos, no Balazos”, define la “estrategia de seguridad” que sólo ha empoderado al crimen organizado en casi todo el país.

Además, ha habido infinidad de violaciones a nuestra Carta Magna y las leyes que emanan de ella: la censura y persecución de quienes ejercen la libertad de expresión, privilegiar a “médicos” cubanos para que trabajen en el país con ninguna revalidación y con sueldos muy superiores a los de nuestros médicos, la cancelación al derecho a la salud, cambiar el derecho a la educación por adoctrinamiento y, OTRO, largo etcétera, lo que también contraviene la razón y el sentido común, y las justificaciones que se dan no tienen ningún sentido.

Es evidente que Andrés Manuel López Obrador tiene varios padecimientos que incluyen daños al corazón y columna vertebral, pero a las alturas del sexenio, no se ha dado a conocer su estado de salud física. En cuanto a su salud psiquiátrica, todos los diagnósticos que se han realizado se basan en observaciones minuciosas que hacen a diario psiquiatras con mucha experiencia y reconocimiento nacional e internacional.

Las decisiones que se han tomado acaban siendo caprichos y ocurrencias que, impulsivamente, a millones nos hacen exclamar: ¡El tipo está LOCO!

Por ello es urgente que exijamos a nuestros representantes de las cámaras de diputados y senadores se realice la evaluación de la salud mental de quien, aunque nos pese a muchos, es el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y que, en caso de no estar en pleno uso de sus facultades mentales, debe ser destituido.

28 de Agosto 2022 | Por Seele Verre para Acción Civil Mexicana


Fuentes:

– Revista Siempre!, 26 de agosto 2022
– La Jornada, 15 de febrero 2022
– Esfera, “El perfil psicológico de AMLO”, por Ernesto Madrid
– Infobae, “PAN propuso que salud mental sea requisito para ser presidente de México”, Manuel González Vargas, 24 de septiembre, 2020.
– El Financiero. “AMLO, con graves problemas de salud”, por Pablo Hiriart, 18 de mayo, 2018.

1 comentario en “AMLO: Antología y perfil”

  1. Concuerdo con todos los diagnósticos y le agregaría el de Narcisismo Maligno, que refleja una patología severa del superyó caracterizada por la combinación de trastorno narcisista de personalidad, conducta antisocial, agresión egosintónica (dirigida contra uno mismo y/o contra otros), y marcadas tendencias paranoicas. Es una persona que tiene un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, tiene una relación conflictiva y una carencia de empatía por los demás. Lo demuestra a diario en sus mañaneras, no hay grupo de personas que no hayan sufrido su agresión o desprecio. Frente al discurso con el que se siente herido, el narcisista cierra filas, utiliza la mentira y el insulto en lugar del diálogo, o, lo que es peor, promueve la cruzada contra aquel que cuestiona sus criterios. Típico de AMLO y sus cruzadas contra periodistas u opositores que lo cuestionan.

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