Irónicamente, hay que agradecer a López Obrador porque, en su afán por dividir y humillar constantemente a los ciudadanos productivos de este país (en cada mañanera y en cada oportunidad que le ha sido posible), nos ha dejado el único legado positivo como presidente y por el que lo recordaremos posiblemente hasta nuestros últimos días con una sonrisa de asombro, porque queriendo hacer el mal, hizo el bien, despertando la unidad que siempre habíamos tenido los mexicanos. AMLO falló en su propósito de provocarnos y confundirnos para manejarnos a su conveniencia y empoderar a sus esbirros políticos, y por el contrario, logró lo impensable para él, unirnos en una sola voz como nación.
Para los que no estuvieron ahí o vieron la marcha en imágenes, comprenderán qué tampoco hay nada que se pueda manifestar por escrito que describa la emoción y la esperanza que despertó en nuestro ser. Vimos un nuevo amanecer, un México unido sin importar preferencias políticas, clases sociales, y económicas. Éramos como antes, un mismo cuerpo y una misma mente unida a favor de la democracia, lagrimas se nos salieron de los ojos a muchos mexicanos entonando el himno nacional, sintiendo la magnitud de la frase: “mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo piensa ¡Oh patria querida que el cielo, un soldado en cada hijo te dio …!
Sin duda alguna esta marcha marcó el antes y después en el ánimo de los mexicanos, hemos vuelto a sentir el calor y el cobijo de nuestra patria, tener la sensación de que volvemos a hacer nuestro este país que nos estaban arrebatando y que pertenece a los ciudadanos de todas las clases sociales. Respiramos nuevos aires de libertad de esperanza y lo mejor de todo, de unión.
Esto apenas empieza y esta gran experiencia es el estandarte de salida para recuperar nuestra seguridad como mexicanos, y volver a sentir que el pueblo es el que manda y no los políticos, que son servidores públicos y se deben a los ciudadanos de esta nación.
Ya despertamos, y sabemos que, a pesar de nuestras diferencias, somos un mismo México, un país unido, solidario y fuerte, por eso, ni un paso atrás, ¡México es nuestro!
En el pasado, hubo generaciones que lucharon contra la opresión para dejarnos la libertad de decidir cómo ser y como pensar, ahora nos toca a nosotros dejarles un México libre y democrático a las nuevas generaciones y disfrutar nuestros días en plena libertad y seguridad. Hay que trabajar en ello, y eso haremos, unidos se puede.
Hoy, el día después de la marcha, podemos afirmar que es el comienzo de una nueva etapa en nuestro país, donde la sociedad mexicana luchará por un mismo objetivo: DEFENDER NUESTRA DEMOCRACIA.
14 de noviembre de 2022 | Por Elsa Cano para Acción Civil Mexicana
Foto portada: Diego Prado