¿Revolución Cubana? Parte II

La mentira mejor contada. «Continuación»

… Todo comenzó a ser expropiado… y el que fue pobre y no escuchado antes del 59, ahora adoraba al “mago” que había llegado para transformarlo todo…

De esta manera, era evidente que Cuba estaba bajo las sombras del comunismo ruso. Y el régimen empezaba a mover sus fichas para eliminar cualquier amenaza y emprender una especie de purga, similar a la que hizo Stalin durante su gobierno.

Todo lo que oliera a contrarrevolución tenía que ser extirpado de raíz. Los viejos ministros con ideas reformistas fueron reemplazados por figuras revolucionarias. No importaba si eran idóneos o no para ocupar el cargo. Lo importante era que fueran revolucionarios y que jugaran del mismo bando que Agapito: Gente con un 90% de confiabilidad y lealtad para él y un 10% de conocimientos sobre el cargo que iban a desempeñar. ¿Les suena conocido a los mexicanos? Pues, sin duda empezó la “era” en que los cafres tomaran el mando para joderlo todo. Y así fue, todo lo que tocaban lo convertían en MIERDA.

En pocos meses de gobierno, su poder se hizo inmedible, y para comprobarlo, el 16 de julio, Agapito anunció a viva voz su renuncia al cargo de primer ministro, porque existían muchas discrepancias con el entonces presidente Manuel Urrutia. Discrepancias que, según él, estaban motivadas por las conductas contrarrevolucionarias asumidas por Urrutia. Y haciendo uso de su capacidad histriónica hizo una actuación merecedora de un premio de la academia del cine. Al día siguiente, Fidel comparece ante la televisión para explicarle al pueblo, en detalles, cuál era la causa de su renuncia y ahí, de manera eficaz, enardece al pueblo y este se lanza a las calles pidiendo, por un lado, la remoción de Urrutia y, por otro, su retorno a las funciones de gobierno. Y la jugada funcionó a la perfección, porque el día 18 de ese mismo mes, Urrutia renuncia y en su lugar designa al doctor Osvaldo Dorticós Torrado, hasta ese momento ministro de Leyes Revolucionarias, pero que después se convirtió en un títere de Agapito.

Sin lugar a duda, la renuncia de Urrutia asestaba un rudo golpe a los planes norteamericanos y a los de la oposición interna, los cuales veían frustradas sus esperanzas de ponerle un alto al proceso revolucionario.

Un país donde los profesionales ganan menos que los que no trabajan, donde las mujeres menstrúan cada 28 días sin tener toallas sanitarias, donde el dinero sirve para lo mismo que sirve el papel sanitario y donde una persona extranjera vale más que un nacional.

Por eso reitero a mis lectores de cualquier país que viva todavía en democracia; ustedes que pueden votar, nunca lo hagan por esta izquierda populista.

¿Cuántos sufrimientos se hubiera evitado el cubano de haber elegido otro destino para Cuba? Pero no pudimos votar y nos impusieron una revolución de mentiritas. Y digo de mentiras porque se supone que cada acto revolucionario genere un ascenso y un desarrollo a lo que se revolucione. Pero no, en Cuba eso estaba muy distante y en octubre de 1959 —observen que solo llevaba 10 meses en el poder— viene la renuncia del comandante Huber Matos a su cargo de jefe militar de la provincia de Camagüey, uno de sus principales hombres de confianza en la Sierra Maestra, pero con un profundo pensamiento anticomunista y vinculado a importantes sectores de la vieja guardia que querían cambios en Cuba, pero muy distantes a la implantación de un sistema socialista.

En esencia, había que derrocar a Batista, pero ninguno de ellos quería quitar una dictadura para poner otra. En su carta de renuncia a Fidel, Huber lo emplazaba a definirse ideológicamente a favor o en contra del comunismo. Algo que Fidel no estaba dispuesto a confesar todavía en aquel momento y ya podrán imaginarse la historia. Huber es encarcelado y condenado por traición a la revolución y obvio, a la patria, y Camilo Cienfuegos, otro de sus hombres de confianza, desaparece después del arresto de Huber en Camagüey…

Y es por eso por lo que titulé estos escritos como “la mentira mejor contada” y claro, una historia de terror que no se cuenta en las escuelas ni se conoce en el extranjero, y que cegó a medio continente americanos que quería seguir el ejemplo de Cuba y de su máximo líder, para mí, simplemente Agapito, todo un mago, ladino y mentiroso, que llegó a cambiar hasta el clima cuando se lo proponía y así fue cambiado la isla a su antojo en todos estos años de «re-involución». Sobre todo, construyo un país que no se entiende en sí mismo. Un país donde se hace más con menos, donde permanentemente se habla de reveses que pretenden ser convertidos en victoria pero que nunca se convierten. Un país donde los profesionales ganan menos que los que no trabajan, donde las mujeres menstrúan cada 28 días sin tener toallas sanitarias, donde el dinero sirve para lo mismo que sirve el papel sanitario y donde una persona extranjera vale más que un nacional. Un país en donde no hay prostíbulos, pero cada día hay más prostitutas en busca de que lleguen sus príncipes salvadores y las saquen definitivamente de esta pocilga.

Amigos, lo que les diga puede parecer poco creíble, pero les juro que es la verdad. Cuba, es el único lugar del planeta donde se come picadillo sin carne. Es de los pocos países del mundo donde se exporta todo en busca de divisas y donde no hay nada para los que no han podido abandonar ese MIERDA DE PAÍS.

En fin, ¿díganme si Cuba no es un país mágico que ha estado gobernado por grandes hechiceros, los cuales nos han impuesto a los cubanos un sistema que nos hizo creer que teníamos un enemigo externo, capitalista e imperialista, cuando en realidad lo que hacía Agapito era convertirnos a todos los cubanos en nuestros propios enemigos.

En Cuba te tenías, y aún se tiene, que cuidar de todos porque no sabes quien te va a joder. A eso súmale que a cada cubano en la isla se le asignó —de fábrica— a otro cubano que le sirve de lastre y no lo deja ser. Lo peor es que no se ha dado cuenta que ese otro cubano que le impide avanzar, sublevarse en contra del régimen, y salir a las calles a ejercer el pleno derecho de ser libres… es él mismo, disfrazado de MIEDO.

Un miedo, que no los deja ser, pensar, sentir, oler, comer, y hasta casi cagar. El cubano lleva 63 años temiéndole a su propia sombra, que de seguro en algún momento fue polarizada y etiquetada por un líder que practicaba a diario su mejor estrategia: DIVIDE Y VENCERÁS.

Nos vemos en la siguiente definición.

5 de Septiembre 2022 | Por “El Balsero” para Acción Civil Mexicana

1 comentario en “¿Revolución Cubana? Parte II”

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